Vista como titular, la idea de “startup cultural” suena atrayente. Es como una metáfora moderna de lo más avanzado de la innovación en cultura. Hace referencia a lo flexible, ágil, afín a las tecnologías que nos son familiares, y diseñado para satisfacer al usuario. Se tarda en captar de dónde viene el concepto, cómo se implanta y qué busca implantar en la cultura. En los enredos semánticos de esta, nuestra era digital, nos parece una noción próxima y amigable con la idea de cultura de red. Pero leyendo la nueva convocatoria del BID para startups innovadoras en las industrias creativas, de a poco se nos va pintando un panorama distinto y hasta opuesto, al de cultura de red. Seguir leyendo →
18
Dic
2015