¿Deberíamos los artistas sacrificar parte del tiempo dedicado al taller, al ensayo, a la realización y los proyectos propiamente artísticos para dedicarlo a las redes sociales? ¿Por qué hacerlo? En este post tratamos de explicar que las redes sociales son sumamente relevantes para la actividad de artistas, gestores y emprendedores culturales y proponemos algunos consejos para iniciarse en los social media desde el ámbito cultural.
La participación en redes sociales de Internet implica tiempo, constancia y esfuerzo. El tiempo y esfuerzo necesarios para tejer una red. Pero de ninguna manera es tiempo perdido sino invertido en aprender, compartir, conocer y generar contactos. Si bien hay muchas herramientas gratuitas y fáciles de usar, estar en las redes sociales significa generar identidad, presencia y audiencia.
Así que el paso cero es crear cuentas, perfiles, páginas, pero el verdadero primer paso es comenzar a gestionar todo esto. Justamente, esa parte es la que suele superar a cualquiera que tenga cosas mejores que hacer (como hacer arte o trabajar con la cultura).
Existen agencias de “social media” que ofrecen sus servicios para gestionar toda la presencia online de artistas, pero en este post proponemos algunas premisas y herramientas para hacerlo uno mismo. ¡Tal como tratamos de hacerlo en Ártica!
1. Web o blog, o ambos, con información actualizada, interesante, confiable y valiosa sobre nuestra actividad, experiencia, trayectoria y también ideas, proyectos, temas de interés. En esto hay que ser constante y nunca poner excusas: si el contenido no está actualizado es probable que los visitantes no entren en contacto creyendo que los responsables de la web no van a responder por este medio. En un post anterior propusimos algunos consejos para gestionar una web cultural para ampliar este tema.
2. Presencia en redes sociales generales y específicas: Twitter, Página de Facebook, Flickr, YouTube, LinkedIn, así como otras vinculadas a la actividad específica del artista (las hay de música, artes visuales, literatura, cine). Estos son medios para aumentar la cantidad de contactos, desarrollar vínculos e intercambiar información específica dentro del campo en el que se trabaja. Estos medios requieren también aprender ciertas reglas del juego de la participación y el intercambio: el respeto, la constancia, la generosidad al compartir. Quienes temen mostrar trabajos en proceso, recibir opiniones abiertamente o exponerse a “ser copiados” poco tienen que hacer en las redes sociales.
3. Actitud de escucha activa y participación oportuna. En todos los casos, la promoción debe estar concebida como información y mejor aún, como conversación con colegas y público. Esto incluye también la participación en otros sitios web, blogs y redes de referencia, pero no mediante mensajes publicitarios sino como forma de colaborar generando valor y reputación. También es recomendable buscar activamente la participación de los usuarios y la co-creación con ellos mediante actividades concretas como foros virtuales, webconferencias, juegos y otras posibilidades interactivas.
4. Es importante que los artistas pensemos en las redes sociales como espacios donde cada uno de nosotros va a consumir su “dieta cognitiva”. Nos alimentan de conocimientos e inspiración, pero no bajo el imperativo de estar constantemente actualizados sino para ensanchar los horizontes. No hay que tener miedo de compartir y darse a conocer. Verdaderamente la gente aprecia que se le propongan ideas nuevas, ya sean textos, links, música, video, imágenes. En fin, es la forma en que siempre ha circulado la cultura, pero ahora los artistas pueden ser mucho más protagonistas que en la era de los mass media.
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