En un post reciente hablamos sobre las comunidades autoorganizadas de usuarios que agregan valor a la cultura. Mencionamos comunidades de digitalización y preservación de obras, recomendación e intercambio, divulgación de géneros poco conocidos, maquetación, traducción y otras tareas.
Un rasgo común de muchas de estas comunidades es que se organizan en torno a necesidades culturales. Preservación, acceso, difusión y distribución a precios razonables son tareas que no siempre el mercado realiza satisfactoriamente. Más aun, las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos se ven limitados en su capacidad de dar respuesta a estas necesidades por las restricciones de propiedad intelectual. Seguir leyendo →