6 etapas para la autoedición de e-books

Imagen de Felipe Morin en Flickr

Con más de 1000 descargas en poco más de un mes, el e-book «Arte joven y cultura digital» nos está enseñando que vale la pena editar un libro digital. Tal vez no es una cifra tremenda para lo que son los guarismos del ecosistema digital, pero a escala humana, a nuestra escala, es una cifra que nos llena de satisfacción y que, en cualquier caso, no hubiéramos alcanzado con una edición tradicional en papel. Este libro nos ayuda a cumplir los objetivos de este emprendimiento: difundir la cultura libre, empoderar a los creadores y gestores culturales y de paso, es una herramienta más para dar a conocer nuestros servicios y cursos online. Pero la edición digital también implica esfuerzo y ciertos conocimientos. En este post compartimos el proceso y contamos nuestra experiencia, sugiriendo algunos pasos y herramientas para autoeditarse en digital.

1. Por qué «saltar la etapa Gutenberg»: motivos para editar en digital de manera independiente y gratis

Imagen de LetterMpress.com

La primera etapa es un cuestionamiento inicial: ¿por qué la edición digital? ¿No será contraproduscente difundir libros en exclusiva por Internet cuando aun una gran parte de la población no accede a la red, especialmente en regiones como Latinoamérica? Nos ha gustado la posible respuesta de Octavio Kulesz: «si en estas regiones la conexión a Internet suele ser defectuosa, la infraestructura del sector del libro –distribución, venta minorista, imprentas– es todavía peor. En algunos casos, entonces, pueden utilizarse ciertas tecnologías para saltar la ‘etapa Gutenberg’ y trabajar directamente en digital, recurriendo a instalaciones ya disponibles» (de «La edición digital en países en desarrollo», Octavio Kulesz, pag. 16).

¿Por qué publicar de manera independiente? La respuesta para nosotros es sencilla: tenemos una pequeña pero creciente masa de lectores en este blog y en las redes sociales. Tenemos alumnos y ex-alumnos interesados en estos temas. No necesitamos ni deseamos intermediarios para conectar con ellos. Además, queremos llegar a más público y más lectores que estén específicamente interesados en los temas de nuestro libro y tal vez, en los otros servicios que ofrece Ártica. Por ese lado se justifica la tercera opción: editar gratis. Y también por gusto, porque estamos convencidos y porque si tenemos que esperar algún retorno será a través de servicios concretos a personas concretas, no a través de regalías ni derechos de autor.

2. Un proceso de escritura sin inicio ni fin

Foto de Βethan en Flickr

No es la idea de este post dar consejos de escritura. Solamente decir que quienes escriben no son gente iluminada por las musas o empleados a tiempo completo de la tinta y el papel (en el sentido de ser un profesional pagado por las editoriales del mercado). El proceso de escritura es muy complejo y no tiene un inicio claro. No hay que esperar a tener toda la obra en mente para empezarla. Jorge decía algo de esto en su blog personal.

Hay muchas instancias en las que escribimos cotidianamente: un blog, una ponencia, una clase, un mail o una carta pueden ser el inicio de un libro. Además, con Internet y la comunicación distribuida, el cierre de la escritura está poco claro: sigue en los comentarios, en las respuestas, en las actualizaciones y en los hipervínculos.

Aquí defendemos que el proceso de escribir, linkear y recopilar lo escrito, reescribirlo y compartirlo suceda de la forma más abierta posible. Un blog es una buena herramienta para comenzar ese tipo de proceso de escritura abierto, buscando el feedback y el posicionamiento del autor a medida que se escribe. Si el libro es redactado por varios autores, recomendamos trabajar con herramientas de trabajo colaborativo en línea, como GoogleDocs o el más abierto PiratePad, evitando innumerables archivos adjuntos y el tedioso control de cambios de las diversas versiones de un documento enviado y vuelto a enviar decenas de veces por correo electrónico. Existen también soluciones más completas para editar una publicación con múltiples autores, tal como una revista científica. Open Journal Systems es una herramienta de código abierto para este fin específico.

3. Estilo y corrección

Foto por Nic’s events en Flickr

No vamos a mentir: una vez que tenemos un borrador escrito, se viene una etapa ardua de selección, organización y corrección, previa al diagramado del libro. Pensar los capítulos y secciones, adecuar las citas y notas al pie, hacer la corrección gramatical y de estilo, etc. He aquí un aspecto para el cual, si bien existen muchos manuales y ayuda informática, se sigue requiriendo de muchas decisiones y de un trabajo detallista. Se trata de una tarea especializada pero puede hacerse de manera autónoma y siempre hay que hacerla, aunque también es posible pedir una mano a los amigos o definitivamente contratar un servicio profesional de manera freelance. En sitios tipo marketplace, o simplemente en Linkedin y otras redes sociales profesionales, se puede encontrar este tipo de servicios a diversos precios.

De lo que se trata en esta etapa es de lograr un libro entendible y placentero de leer. No es importante solamente lo que se dice, sino también cómo se dice. Evitemos eso de oscurecer las aguas para que el pozo parezca más profundo. Ser barroco no implica ser más interesante:  «el uso excesivo de tecnicismos, palabras extrañas, párrafos demasiado largos, primacía de ideas secundarias sobre las primarias, repetición y redundancia, entre otros factores, generan opacidad comunicativa en el texto. Si no hay comunicación con el lector ni entendimiento por su parte, la obra no será viable» (según el Manual de Edición de la Universidad de Colima).

4. Diseño y maquetación

Foto por maistora en Flickr

Una vez escrito y corregido, el libro se maqueta para que resulte atractivo y cómodo de leer. Existe un excelente programa de software libre para la maquetación profesional: Scribus, aunque para un trabajo que no requiera diagramaciones muy complejas, con un procesador de textos será suficiente. (Open Office, Libre Office, Word).

Algunas recomendaciones a tener en cuenta:

Tamaño: una hoja A4 en vertical estará muy bien.

Definir estilos antes de empezar: tipografías y formato para títulos, subtítulos, párrafos, viñetas, etc. Los procesadores de texto ya cuentan con algunos estilos automáticos o permiten crear los propios. Sugerencia: utilizar una fuente serif para los títulos (Times New Roman, Cambria, Georgia, etc.), que pueden variar el tamaño y el color, y una sans serif  (Calibri, Arial, Helvetica, etc.) para los párrafos, en negro, cuerpo 12 o 13. El estilo de párrafo es recomendable que sea justificado y con sangría. Créannos que todo esto ayuda a una buena lectura, más aún en pantalla.

Secciones del libro: además de los distintos capítulos que se definan, todos los libros necesitan una portada con título y autor, una página donde van los datos completos de la edición (título, autor, año, palabras clave, número de edición, ISBN, tipo de licencia y todo lo que hace a una ficha catalográfica), un imprescindible índice (que se arma al final de la maquetación), un buen prólogo que anime a leer el libro y casi siempre la bibliografía al final.

Imágenes: utilizar pocas y solamente las necesarias, ya que dificultan la compatibilidad del libro con los lectores de e-books. Lo bueno del libro electrónico es que se pueden utilizar imágenes de calidad inferior a las que requiere la imprenta, aunque si el plan es de todas formas imprimir (ahora o en el futuro), es recomendable contar con imágenes de 200 dpi de resolución como mínimo. Incluir siempre imágenes de libre reutilización, bajo licencias Creative Commons o en el dominio público. Para lo primero, se puede buscar en Creative Commons y para lo segundo se puede buscar en Internet Archive así como en todos los sitios que explícitamente señalan que sus materiales son compartibles (por ejemplo, se puede buscar a través del buscador Compfight para imágenes Creative Commons en Flickr). Si la imagen elegida no es libre, procurar los derechos necesarios para reutilizarla (pedir permiso a sus autores, comprarlas en stocks de fotos, etc.).

– El diseño de portada: al igual que cualquier imagen, la de la portada debe ser también una imagen que puedas usar libremente. Su tamaño debe ser adecuado para las dimensiones de la portada y el diseño que se le quiera dar. Evitar encarecidamente que  la imagen se deforme o se vea pixelada. La imagen puede editarse en programas como Photoshop o los libres Gimp o Inkscape o en servicios online gratuitos como Canva. También es posible crear una portada sencilla pero de buena calidad con  un programa de presentaciones, como se explica en este video. Es fundamental buscar inspiración, pues los diseños no surgen de la nada. Especialmente para los no diseñadores, nada mejor que mirar portadas de libros que nos gusten, ya sea en nuestra biblioteca o en Internet, o ver este video para conocer las cinco reglas básicas que maneja John Gall, director artístico de Anchor y Vintage Books.

Al finalizar, convertir el texto a formato PDF, ideal para leer en línea en la computadora sin que varíe el diseño original del libro. Los procesadores de texto modernos y los programas de diseño incluyen exportación a PDF. Si se requiere una herramienta adicional para esto, instalar el liviano y gratuito plugin doPDF.

Formato para lectores de libros electrónicos: lo recomendable es el formato ePub, formato libre y abierto, ampliamente compatible con la mayoría de los dispositivos de lectura. Para aquellos dispositivos que aun no aceptan ePub (como el Kindle), es tan sencillo como instalar Calibre y realizar la conversión, aunque de todas formas es necesario chequear el resultado y, si fuera necesario, hacer las correcciones del caso con el mismo Calibre o con un editor de ePub como Sigil.

– Portada 3D: aunque se trate de un libro digital, para los nostálgicos de las librerías puede ser muy lindo hacer una portada tridimensional para darle publicidad al libro. Puede hacerse muy fácilmente desde esta sencilla aplicación online.

5. Elegir una licencia

Todas las creaciones intelectuales (imágenes, audio, video, texto, etc.) generan automáticamente una serie de derechos que se atribuyen a su autor: el derecho a ser reconocido como tal y a definir qué se puede hacer o no con la obra, en definitiva, a dar permisos. Esto queda explicitado a través de una licencia que hemos de elegir, también para nuestro e-book.

Por defecto, a partir de una serie de transformaciones que ha sufrido el derecho de autor en casi todos los países (esto no fue siempre así) el copyright o «derecho de copia» se le atribuye automáticamente a todas las obras que creamos y significa que el autor o editor tiene derechos exclusivos para copiar, distribuir, modificar y explotar la obra. Tomemos cualquier libro de nuestra biblioteca y veremos que está la gran C acompañada de textos del tipo: «Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio… etc. etc. …sin previa autorización del autor o titular de los derechos».

Siendo Internet una gigantesca máquina de copiar, creemos que reservarse en exclusiva el derecho de copia es finalmente un poco absurdo. Si estamos haciendo un libro gratuito y con ganas de que sea conocido y difundido, nada mejor que evitar a la gran C. A modo de ejemplo, vean un texto alternativo al famoso «todos los derechos reservados», en este caso del libro «El poder de las redes» de David de Ugarte, el cual el autor devolvió explícitamente al dominio público:

«Qué puedes hacer con este libro: Puedes, sin permiso previo de los autores y editores, copiarlo en cualquier formato o medio, reproducir parcial o totalmente sus contenidos, vender las copias, utilizar los contenidos para realizar una obra derivada y, en general, hacer todo aquello que podrías hacer con una obra de un autor que ha pasado al dominio público.»

«Qué no puedes hacer con este libro: El paso de una obra al dominio público supone el fin de los derechos económicos del autor sobre ella, pero no de los derechos morales, que son inextinguibles. No puedes atribuirte su autoría total o parcial. Si citas el libro o utilizas partes de él para realizar una nueva obra, debes citar expresamente tanto a los autores como el título y la edición. No puedes utilizar este libro o partes de él para insultar, injuriar o cometer delitos contra el honor de las personas y en general no puedes utilizarlo de manera que vulnere los derechos morales de los autores».

También es muy sencillo optar por alguna de las variantes de las licencias Creative Commons con la sencilla herramienta disponible en la web de CC. La que solemos utilizar en todos los contenidos de Ártica es la licencia Creative Commons Atribución-Compartir Obras Derivadas Igual 3.0 e implica atribución (reconocimiento de la autoría), posibilidad de reproducir y copiar, posibilidad de usos comerciales y de modificación de la obra y obligación de «compartir igual» (no cambiar estos términos para obras derivadas).

6. Distribución y difusión

Foto por kamshots en Flickr

Naturalmente, el e-book que hasta aquí hemos editado no se puede quedar en nuestro disco duro: hay que distribuirlo y difundirlo.

Tiene que estar disponible para su descarga desde la web o blog del autor o la institución que lo edita. Sugerimos crear una página especial para el libro con una breve reseña del contenido, invitando a bajarlo y explicitando que es gratuito y de libre distribución. Si esa página admite comentarios, mejor, ya que es muy interesante recibir agradecimientos, preguntas, críticas, etc. También es importante no esconder el libro y, en cambio, mostrarlo privilegiadamente en la página principal de la web.

– El e-book tiene que estar en todos los sitios relevantes dentro de su ámbito. Para ello hay que confeccionar una lista de distribución para enviarlo a aquellas personas que nos parece importante que estén enteradas, con un mail solicitando su difusión, explicando su contenido y contando por qué es interesante.

Subirlo también a diversos repositorios de libros digitales. En nuestro caso, «Arte joven y cultura digital» está disponible en Internet Archive, OpenLibra, Bookcamping, Slideshare, Issuu y Scribd. También podría estar en servidores de descarga directa, en torrent, en Taringa, en todos aquellos lugares donde la gente sube y baja cosas.

– Difusión en las redes sociales: facilitar botones para enviarlo a Twitter, Facebook, Google+ y otras relevantes. En nuestro caso, ha servido de mucho el botón para twitear automáticamente que el libro ha sido descargado.

– Monitorear las descargas: para contar el número de descargas «oficiales» desde el sitio web, hemos usado un plugin de WordPress llamado WordPress Download Monitor, a lo que tenemos que agregarle las estadísticas que logremos obtener de otros sitios donde está el libro, en caso de que informen del número de descargas. No es una cuestión de ego, sino de relevancia de nuestro esfuerzo, saber cuánta gente, al menos, ha descargado el e-book.

Preguntas y comentarios

Estamos planeando realizar un curso sobre edición digital en el segundo semestre del año. Nos encantaría recibir opiniones, preguntas y comentarios sobre este artículo que puedan orientar la construcción del futuro curso. ¡Los escuchamos!

Publicado por Mariana Fossatti

11 comentarios

Genial! esto es lo que necesito, muchas gracias. Está bastante clarito y accesible, pero igual creo que necesito una asesoría para mi proyecto, que además de ebook, quisiéramos tuviera una opción en papel. Cuéntenme si Uds pueden hacerla.
Saludos,
Paula

Jorge Gemetto

Hola, Paula! Sí, nosotros hacemos asesoría en gestión de proyectos culturales en la web. Podés leer más sobre nuestros servicios de asesoría aquí. Existen varias opciones muy interesantes para combinar la edición digital y la edición en papel de un libro, como por ejemplo la impresión bajo demanda. Si querés iniciar un proceso de asesoría para tu proyecto, avisanos e iniciamos un intercambio por mail para conocer más el proyecto y definir los términos de la asesoría. Un saludo cálido!

el curso es online? y es pago?

Jorge Gemetto

Mailen, si nos decís a qué curso te referís, te podremos ayudar. Un saludo!

Muchas gracias por esta información tan clara y ordenada, ¡un placer encontrarla!

Jorge Gemetto

Una alegría que te haya servido, y cualquier duda nos dejas otro comentario. Saludos!

Mágnifica forma de guiar en un proceso de auto-edicion. Gracias

Es una buena idea! La edición digital les permitirá llegar más lejos geográficamente y también a posicionar la revista. ¡Éxitos!

Mario Alonso

Mas que interesante tenemos la idea que nuestras publicaciones mensuales de Culturalia se empiecen a realizar también en formato digital para que su distribución se masifique.

Excelente articulo, con muy buenas recomendaciones para un tea que es poco conocido, y actualmente tiene una gran proyeccion!!!
Saludo,
Esc. Ruben Lopez

Jorge Gemetto

Sí, nosotros creemos que la autoedición en digital es una de las manifestaciones de un cambio importante en la producción cultural, y que cobra más importancia ahora que se está dando el cambio tecnológico del libro de papel a las tablets y los reproductores de libros electrónicos.

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