Modelos sustentables para la cultura. Nuestro aporte a #Sumaruy

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El 7, 8 y 9 de noviembre estaremos participando en las primeras conferencias ciudadanas sobre derechos de autor y acceso a la cultura en Uruguay, como parte de la iniciativa Sumar, del Ministerio de Educación y Cultura y Bicentenario. En el evento, ciudadanos y referentes debatiremos sobre la temática, con el objetivo de generar insumos para futuras políticas públicas y una eventual reforma de la ley de derechos de autor. Las personas que se encuentren en Uruguay y quieran participar, pueden anotarse en el sitio web de Sumar.

A continuación transcribimos nuestro informe sobre modelos sustentables para la producción cultural en tiempos digitales.

Posición fundamentada

Vivimos en una época en que el acceso al conocimiento y la producción cultural están más cerca que nunca. Una época donde la tecnología para editar un disco, publicar un libro o filmar una película está al alcance de muchísimas más personas, donde tenemos una herramienta de difusión extraordinaria como es Internet, donde hay más diversidad cultural y más acceso al arte y el entretenimiento que en cualquier otra época. Por eso, creemos que los derechos de los autores y los derechos de los usuarios no están realmente en tensión, que hay oportunidades y buenas noticias para todos.

El conflicto está entre este nuevo modelo de libre circulación y aquellas organizaciones que tenían un rol de intermediación ineludible en el viejo modelo: la industria mediática del siglo XX y las sociedades de gestión de derechos. Ambos tipos de entidades basan su actividad en controlar la circulación de copias y no es extraño, entonces, que se consideren amenazadas en sus intereses por una nueva tecnología que permite a todo el mundo hacer y compartir copias de todo. Veamos cómo es que se da este conflicto.

Internet y la crisis de la industria cultural basada en el copyright

Internet es un medio radicalmente distinto a los medios de comunicación de masas, como la televisión o la imprenta. Internet no es un medio de “uno a muchos”, sino de “muchos a muchos”. Es un medio interactivo en el que cualquier persona que recibe información tiene, técnicamente, iguales posibilidades de responder y reenviar la información.

Esto implica cambios en la producción y distribución de conocimiento y cultura. Veamos un ejemplo: en abril de 2013 el dúo de música electrónica Daft Punk lanza un nuevo tema, “Get Lucky”, que se distribuye gratuitamente como adelanto de su próximo disco. Esta canción no solo alcanza un éxito masivo, sino que inmediatamente comienzan a circular en Internet miles de covers y remezclas (1). Daft Punk, lejos de pretender frenar el fenómeno, lo aceptó y lo supo aprovechar, en tanto aumentó la popularidad de la canción. Y esto sucedió sin que ningún intermediario de la industria cultural o entidad de gestión de derechos de autor tenga que intervenir para hacerlo posible. Las personas versionaban o remezclaban la canción y la volvían a poner en circulación. Esto es posible porque Internet es la máquina de copiar y remezclar más grande del mundo. Todos podemos producir y compartir copias utilizándola.

Sin embargo, el mundo del copyright es un mundo basado en el control de las copias y de las obras derivadas, en el poder exclusivo de determinar cuántas copias de una obra se hacen, en qué momento y quién puede hacer dichas copias. Para los usuarios de Internet vivir en el mundo del copyright es imposible, pues en ese mundo estamos infringiendo la ley de manera constante y masiva.

El fenómeno de “Get Lucky”, así como tantos otros fenómenos culturales de la red, no podrían entenderse en toda su dimensión desde la perspectiva de las viejas instituciones intermediarias. La industria cultural clásica y las sociedades de gestión de derechos entendieron a Internet como una nueva forma de entregar productos al público dentro del mismo modelo de copyright. Así como antes se pasó del cassette al CD y del videocassette al DVD, ahora había que mudar los contenidos a Internet, que además ofrecía la ventaja de pagos instantáneos y menores costos de publicación y distribución. El ideal era realizar el mismo negocio de siempre, ahora en digital (2) y con mayores ganancias, entendiendo a Internet como un nuevo medio de comunicación de masas.

La realidad es que no estamos ante un mero sistema novedoso de distribución o un nuevo cambio de formato. Más bien, todo el proceso de creación, producción, distribución y consumo se está transformando radicalmente. En el nuevo escenario es posible producir en red, de manera que todas las etapas que antes realizaba cada eslabón de una cadena productiva (por ejemplo: artista, productor, distribuidor, vendedor), en la actualidad son mucho más variables e intercambiables. Si en un momento soy consumidor de cultura (un oyente de “Get Lucky”), puedo pasar a ser creador en otro momento (grabo en video mi propio cover), y al instante siguiente participo de la red de distribución (lo subo a YouTube, lo publico en mi blog y lo comparto en las redes sociales). Esto no significa necesariamente el fin de la intermediación ni de la industria cultural, sino que ya no es suficiente el enfoque de “cadenas productivas” que históricamente ha sido el típico enfoque de la industria cultural.

En este modelo no está en crisis la actividad de los artistas; lo que está en crisis es cierta forma de concebir la autoría y su plasmación en las leyes de propiedad intelectual. No está en crisis la producción de obras culturales sino el control exclusivo de las copias de dichas obras por parte de unos pocos actores, dado que cualquier persona puede copiar con medios digitales y distribuir a través de Internet. Por último, no está en crisis la “calidad” frente a la abundancia de contenidos; lo que está en crisis es el modelo de autoridad cultural tal como lo concibió siempre la industria (una voz autorizada para escribir, criticar, juzgar, seleccionar y recomendar).

Emprendimientos culturales basados en licencias libres

Son muchos los artistas que por voluntad propia deciden subir sus creaciones a la red. Algunos de ellos optan por ejercer sus derechos de autor mediante el licenciamiento libre: en lugar de mantener “todos los derechos reservados”, permiten la copia, el remix y hasta la comercialización. Por ejemplo, los fotógrafos que participaron de las actividades de Bicentenario Uruguay autorizaron su liberación, y hoy podemos acceder a las obras en Wikimedia Commons, un sitio web donde se publican trabajos con licencias libres. En el libro “El poder de lo abierto”, editado por Creative Commons, se pueden encontrar una gran cantidad de emprendimientos con y sin fines de lucro, basados en licencias permisivas o libres, todos ellos exitosos. En Uruguay hoy en día existen artistas de las más diversas disciplinas que apuestan por la libre circulación de sus obras, así como radios y productoras audiovisuales comunitarias (por ejemplo, Árbol Televisión Participativa), medios de prensa (por ejemplo, LR21), organismos como el LATU y programas como el Plan Ceibal.

Es importante aclarar que no estamos hablando simplemente de emprendimientos basados en la gratuidad de los contenidos. Libre y gratis no es lo mismo. Un ejemplo de modelo de negocio basado en lo gratis, y no en lo libre, es YouTube. Tal vez estamos acostumbrados a considerar que subir y reproducir videos en YouTube es una actividad “libre” porque es “gratis”. Pero estas actividades pueden estar basadas en el copyright más estricto: YouTube establece convenios con diversos productores y entidades gestoras de derecho de autor en el mundo para que los videos puedan ser mostrados en esta plataforma, y también para que sean controlados a partir de la denuncia de titulares de derechos de autor (3). YouTube se beneficia de estos acuerdos de restricciones al asegurarse, gracias a su poder económico, el quasi monopolio de la circulación “legal”.

Cuando hablamos de emprendimientos basados en la cultura libre, nos referimos a aquellos que no se aprovechan del monopolio y el control del conocimiento, sino que devuelven sus obras al patrimonio común de la sociedad, del cual antes nacieron. Emprendimientos que no viven de rentas, sino del trabajo propio. Este tipo de emprendimientos son sostenibles sin necesidad de restringir la circulación de cultura; por el contrario, se benefician de ella.

Análisis de la situación actual

En los países en desarrollo, como Uruguay, la población accede a los bienes culturales principalmente a través la piratería, es decir, de la distribución de copias no autorizadas. Esto se debe a tres factores: altos precios de los bienes culturales, bajos ingresos de la población y bajos precios de la tecnología digital (4). Esta situación difícilmente cambie con una ley de derechos de autor más restrictiva, ni con medidas de represión más duras.

Desde nuestra perspectiva, los productores de bienes culturales tienen que aliarse con esta situación y no luchar contra ella, aprovechando la tecnología digital y la comunicación online. En este marco hay fortalezas y oportunidades a aprovechar, así como debilidades y amenazas a tener en cuenta:

Fortalezas

– Comunidades online de productores y consumidores de cultura: los autores forman parte de ellas, ya que en Internet dialogan con sus colegas y con el público, en lo que constituye una verdadera red de apoyo.

– Existencia de un banco común de conocimientos y cultura libre: los creadores utilizan Internet para proveerse de recursos reutilizables (música libre para películas, recursos gráficos para diseño, software libre, etc. etc.).

Oportunidades

– Difusión: la comunicación en red potencia el tan necesario “boca a boca”, que se amplifica y acelera con respecto al contexto analógico. Las herramientas de comunicación horizontal y el marketing viral son cada vez más importantes para la cultura.

– Red de distribución gratuita: si antes la debilidad de los artistas era que no controlaban la distribución, hoy cuentan con Internet para llevar sus creaciones al público a un costo casi igual a cero.

– Herramientas de autogestión gratuitas o de bajo costo: la creación de un sitio web, la utilización de medios de pago online y las herramientas de redes sociales, bien utilizadas, facilitan la gestión con menos intermediarios.

Debilidades

– Falta de adaptación de la industria cultural: muchas editoriales, discográficas y estudios de cine tradicionales se resisten a adaptarse a la nueva realidad tecnológica y social.

– Contextos de producción cultural que continúan siendo precarios. A pesar de las ventajas que ha traído la gestión independiente con Internet, la situación laboral de los artistas sigue careciendo de una adecuada estabilidad y protección social.

Amenazas

– Privatización: nuevos cercamientos a los bienes comunes culturales a través de leyes o tratados internacionales que reducen el dominio público.

– Nuevas tecnologías que incorporan restricciones de acceso: por ejemplo, los sistemas conocidos como DRM (5), que imponen restricciones abusivas a los usuarios, tales como no poder copiar música para uso personal en distintos dispositivos.

– Re-centralización de Internet a través de grandes plataformas que se tornan dominantes y monopólicas, pudiendo realizar acciones que perjudican el acceso a la cultura (por ejemplo, cierre de servicios online, cambios bruscos de un modelo gratuito a uno pago, etc.).

Crítica, recomendaciones, modificaciones y aportes

Si queremos hablar en serio del problema de la sostenibilidad de los artistas, la solución no pasa por fortalecer las leyes de derecho de autor. Debemos hablar, por ejemplo, de desarrollar nuevos modelos económicos para la cultura; del acceso universal a infraestructuras para la producción y la difusión cultural; de la creación de escenas culturales locales y regionales; del apoyo económico, técnico y logístico, por parte del Estado, a proyectos culturales socialmente valiosos; del impulso a un mercado doméstico de la cultura, con empresas pequeñas y medianas preocupadas por trabajar con artistas locales y por ofrecer productos con precios justos y razonables.

Las leyes durísimas de derecho de autor no resuelven la eterna pregunta “de qué va a vivir el artista”. Por el contrario, son perjudiciales para la sociedad debido a las restricciones para el acceso a materiales educativos, científicos y culturales.

A nuestro entender, es necesaria una adecuada reforma de las leyes de derecho de autor:

– ¿Qué debería ser legal?: la copia exacta sin ánimo de lucro para compartirla por cualquier medio y la remezcla de obras para generar obras nuevas.

– ¿Qué podría conservarse en el ámbito del derecho de autor?: los usos comerciales y la modificación de las obras, pero solamente por un lapso limitado de tiempo mucho más breve que el lapso actual.

Esta reforma no implica “quitarle a los autores sus derechos”, sino modificar los aspectos en los cuales las normas actuales restringen exageradamente la circulación de cultura. Pasaríamos a un modelo en el que no se limita la copia. ¿Cómo se sustentaría el desarrollo de la cultura y de los artistas en este marco? Lo vemos en el siguiente apartado.

Ejemplos internacionales y antecedentes: modelos de sustentabilidad de la cultura

En la actualidad existen diversos modelos para la sustentabilidad de la cultura en tiempos digitales que respetan al público, que no criminalizan el compartir, ni imponen medidas tecnológicas restrictivas. En cambio, ofrecen tratos justos y propuestas inteligentes de involucramiento por parte del público.

– La convivencia pacífica entre el acceso pago y la copia gratuita: viene siendo demostrado por numerosos estudios (6) que los productos culturales pueden generar ingresos y convivir con las copias más baratas o gratuitas (7). Por ejemplo, la editorial Orsai, dirigida por Hernán Casciari, permite descargar gratis en pdf sus revistas desde el mismo día en que estas salen a la venta.

– Las licencias por tipos de uso: muchos artistas permiten que la gente acceda libremente a las copias, pero exigen el cobro de una licencia cuando terceras partes hacen determinados usos. Por ejemplo, Incompetech es un catálogo de música gratuita para todo propósito, salvo que se quiera usar la música sin atribución al autor, para lo cual hay que obtener una licencia paga.

– El apoyo directo del público: modalidades como el financiamiento colectivo (crowdfunding), la colaboración de la audiencia en los proyectos (crowdsourcing) y el pago a voluntad (pay what you want) son herramientas fundamentales para artistas como Amanda Palmer, en el plano internacional, o Franny Glass en nuestro país.

– Eventos en vivo: diversos estudios muestran el ascenso extraordinario de la cantidad de conciertos y de los ingresos en tal concepto en la última década (8). Así, muchas bandas realizan giras gracias a la difusión que permite la libre circulación de sus discos en Internet. Pero la misma lógica puede aplicarse a disciplinas distintas, como en el caso de la literatura, con el ejemplo del escritor Javier Calvo (9) o en el caso de la ilustración con el ejemplo de Liniers (10).

– Ediciones artesanales o de lujo: el público aprecia el valor añadido que tienen los objetos culturales artesanales, las ediciones físicas de lujo o con extras que no se pueden disfrutar de igual forma en la versión digital. Nuevamente, Liniers es un caso interesante, con su idea de dibujar las 5.000 tapas de su libro a mano.

– Merchandising: la venta por Internet y en eventos en vivo de posters, remeras, autoadhesivos y otros productos asociados a obras y artistas constituye un aporte económico complementario, al tiempo que ayuda a fortalecer el vínculo con la comunidad de fans. Incluso existen bandas musicales que han sustituido la venta de CDs por cajas artesanales en cuyo interior hay códigos QR de descarga.

– Servicios: los contenidos gratuitos y de libre disponibilidad sirven para promocionar servicios asociados de todo tipo. Por ejemplo, los portfolios fotográficos de acceso libre son la mejor vidriera para promocionar servicios profesionales de fotografía para instituciones y eventos. Artistas visuales, escritores, periodistas, creadores audiovisuales, etc, recurren cotidianamente a estrategias similares.

– Redes de apoyo entre creadores: el apoyo mutuo, los recursos y conocimientos compartidos son herramientas fundamentales. Así, cobran nuevo impulso el cooperativismo y el asociativismo en el ámbito cultural. Nacen modelos como la red Fora do Eixo en Brasil, TICA en Argentina y la incipiente red de sellos de música libre en nuestro país. Fora do Eixo es quizás el ejemplo más importante de la región, con 33.000 artistas, 8.000.000 de espectadores al año y hasta una universidad libre.

– Apoyo estatal e institucional: incluye la presentación a premios, becas y fondos concursables. Dos ejemplos de nuestro medio son la revista El Boulevard y la genial serie de YouTube Tiranos Temblad, proyectos que han ganado fondos concursables del MEC. Creemos importante que existan subsidios para procesos creativos de largo aliento, no solamente para productos finales. Además, es importante que el Estado apoye no solo la creación sino también el consumo cultural y la formación de audiencias.

– Creatividad amateur: no toda la creatividad necesita ser solventada económicamente. Tanto los artistas profesionales como el resto de las personas dedicamos parte de nuestra vida al ocio creativo, el cual es fuente de disfrute, emoción y entusiasmo, al tiempo que contribuye con muchísimas obras al patrimonio cultural común.

Estos son solo algunos de los modelos posibles de sostenibilidad, los cuales se pueden implementar de formas muy diversas y dependen de las características únicas de cada proyecto. Para leer más sobre modelos de sostenibilidad recomendamos el “Manual de uso para la creatividad sostenible” publicado por el FCForum.

Bibliografía y enlaces recomendados

– El arte de pedir. Charla TED de Amanda Palmer: http://www.youtube.com/watch?v=qaxBckKyp80

– Cómo matar al intermediario. Charla TED de Hernán Casciari: http://www.youtube.com/watch?v=_VEYn3bXz34

– Lecciones de la cultura libre de la moda. Charla TED de Johanna Blakley: http://www.ted.com/talks/lang/es/johanna_blakley_lessons_from_fashion_s_free_culture.html

– Arte y cultura en circulación: Introducción al derecho de autor y las licencias libres. http://www.articaonline.com/e-book-arte-y-cultura-en-circulacion-introduccion-al-derecho-de-autor-y-las-licencias-libres/

– Un mundo sin copyright: el cine. David de Ugarte. http://lasindias.com/un-mundo-sin-copyright-el-cine

Notas

1. En este enlace se pueden ver algunos de los covers recopilados: http://www.gq.com.mx/actualidad/articulos/get-lucky-de-daft-punk-y-los-covers-en-internet/1919 Buscar en YouTube “Get Lucky covers” es suficiente para ver la fuerza del fenómeno.

2. Enrique Dans explica cómo este modelo reproduce las mismas desigualdades entre los músicos y las discográficas en este artículo: http://www.enriquedans.com/2013/10/la-culpa-no-es-de-spotify-es-de-los-de-siempre.html

3. Para comprender cómo son los acuerdos de YouTube con los titulares de derecho de autor, recomendamos la Charla TED de Margaret Gould Stewart: “¿Qué piensa YouTube de los derechos de autor?”

4. A esta conclusión llega la investigación de Joe Karaganis, de la Universidad de Columbia: “Piratería de medios en las economías emergentes”. El libro está disponible para su descarga en: http://piracy.americanassembly.org/the-report/ Puede leerse una entrevista al autor en: http://www.articaonline.com/2013/10/entrevista-a-joe-karaganis-la-pirateria-llena-el-espacio-no-satisfecho-por-el-mercado-legal-de-cultura-encirc13/

5. DRM (digital rights management, por sus siglas en inglés, o gestión de derechos digitales) es un término que refiere a distintas tecnologías que controlan el uso de dispositivos digitales y limitan su capacidad para reproducir o leer copias. Para comprender mejor este concepto: http://es.wikipedia.org/wiki/Gesti%C3%B3n_digital_de_derechos

6. Recomendamos leer la entrevista a Joe Karaganis ya mencionada en la nota 4.

7. Por ejemplo, la popular serie “Juego de tronos” se considera la más “pirateada” de la historia. Pero para sus creadores esto no parece ser un problema. El Consejero Delegado de Time Warner, Jeff Bewkes concluyó que «solo supondría un gran problema en el caso de que la gente que se suscribiese a HBO descargase únicamente de forma gratuita los programas», pero admitió que «este no es el caso». Al respecto consultar: http://www.elmundo.es/elmundo/2013/08/09/television/1376066252.html

8. Por ejemplo, uno muy reciente de la London School of Economics: http://boingboing.net/2013/10/03/london-school-of-economics-pi.html

9. Puede verse un ejemplo de performance literaria aquí:
http://elespigado.wordpress.com/2011/05/12/suommelina-de-javier-calvo/ También recomendamos el texto que Javier Calvo escribió acerca de los nuevos modelos de sustentabilidad para los escritores: http://elpais.com/diario/2009/12/24/opinion/1261609211_850215.html

10. En el blog del dibujante Liniers pueden verse los anuncios de sus giras periódicas, en las que brinda conferencias así como shows en vivo junto con el músico Kevin Johansen: http://macanudoliniers.blogspot.com/

Publicado por Jorge Gemetto

3 comentarios

[…] “culpable” de quererlo todo sin pagar nada. Si bien ya hemos hablado muchas veces sobre modelos sustentables para la cultura en tiempos digitales, en este post revisamos algunas opciones innovadoras para conciliar el acceso abierto a la cultura […]

[…] de discos-objeto, la venta de merchandising y la financiación a través de crowdfunding, entre otras, así como mecanismos más tradicionales de financiación como las composiciones e interpretaciones […]

[…] – La producción de obras de acceso libre. Un modelo de producción cultural sostenible implica necesariamente el uso de licencias libres en las obras. Los modelos de publicación restrictivos, basados en DRM o en otras formas de restricción, vigilancia y amenaza a los usuarios, son incompatibles con una cultura basada en la satisfacción de necesidades sociales. Por el contrario, la producción cultural debe estar en armonía con las prácticas cotidianas de las personas. Existen múltiples modelos de negocio posibles que permiten que los autores de las más variadas disciplinas generen ingresos, sin apelar al monopolio socialmente excluyente del copyright. De estos modelos sostenibles hablamos largamente en un post del año pasado. […]

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