Del copyright al copyleft: la cultura de la colaboración

¿Cómo explicar el copyleft en 6 minutos 40 segundos, con 20 láminas? Ese fue el desafío con el que fuimos al Pecha Kucha Montevideo 2014, realizado el 17 de noviembre en el Auditorio Nacional del SODRE. Allí, Mariana habló de la necesidad de un cambio de paradigma en la creación, circulación y acceso a las obras culturales. A continuación, les compartimos las notas de la presentación.

Del copyright al copyleft: la cultura de la colaboración

1. «Todos los derechos reservados» es una inscripción que vemos en libros, CDs, software, películas, etc. Con toda la tecnología que hoy tenemos para hacer copias es común no prestarle atención a esto que prohíbe casi todo lo que se puede hacer con los materiales bajo copyright.

2. Ignorar la prohibición no es un problema, hasta que lo es. Una mañana de octubre de 2013 se allanaron en Uruguay todos los locales de fotocopiado de la galería Montecarlo, dejando a los alumnos de Derecho sin el acceso habitual al material de estudio. Esto causó sorpresa en la opinión pública, que veía en la fotocopia algo normal y aceptable.

3. La represión a estas actividades «normales» sucede porque las obras creativas no pueden ser copiadas, distribuidas, exhibidas ni compartidas sin el permiso de los dueños exclusivos de los derechos. Para eso, se trata a la propiedad intelectual como si fuera propiedad física y se le pone un cerco legal.

4. Pero ese cerco se le pone a objetos intangibles que son muy fáciles de diseminar y reproducir. Se parecen más a las semillas que desparrama el viento. Es difícil que no se cuelen a través del cerco.

5. Con las nuevas tecnologías, esta capacidad de la cultura de diseminarse crece exponencialmente. Ahora cada persona puede hacer el «delivery» de cultura a cualquier otra. Al intercambio directo se le llama P2P: «peer to peer», entre pares. Pero el uso de tecnologías para el intercambio directo entre personas, sin intermediarios, genera en todo el mundo conflictos políticos y económicos.

6. Los intermediarios, presionan para que la tecnología sea controlada y los usuarios vigilados. Recordemos en 2012 el famoso proyecto de ley SOPA en EEUU, que fue frenado por resistencias sociales, lo mismo que en Europa lo fue el ACTA, un proyecto de tratado internacional con intenciones parecidas.

7. Pero no solo hay conflicto. Cuando la gente puede intercambiar información y coordinarse a distancia usando Internet, tenemos proyectos de cultura libre y gratuita, como el sistema operativo Linux, una enorme encilopedia como Wikipedia, revistas científicas gratuitas a las que cualquiera tiene acceso, y muchas cosas más.

8. Las comunidades de creación detrás de estos proyectos colaborativos, le ponen una C invertida a su trabajo: en lugar de «todos los derechos reservados”, decimos «prohibido prohibir». Usamos el copyright para liberar nuestro trabajo de la misma prohibición del copyright.

9. Cualquier abogado, de cualquier país del mundo, va a tener claro que hacer esto es legal. Pero para entenderlo sin ser abogado hay que recorrer un camino que nos explique cómo se libera una obra, qué decisiones tomamos para eso y por qué. Se los voy a contar un poco desde mi experiencia.

10. Cuando uno tiene una obra terminada y la va a publicar, tiene tres formas de decirle al público lo que puede hacer con esa obra. La C de Copyright es la luz roja: no podemos hacer nada sin permiso. La luz verde sería entregar la obra al dominio público. La luz amarilla serían licencias de derecho de autor que dan algunos derechos al usuario y reservan otros.

Foto: Sitio web de Pecha Kucha.

Foto: Sitio web de Pecha Kucha.

11. Veamos qué derechos podemos darle al usuario. Uno básico es el de poder copiar. Por ejemplo, cuando yo hago un artículo o un trabajo artístico, quiero que la gente lo pueda bajar de Internet. Yo permito el uso con cualquier fin, incluso si le puede generar algún ingreso a otros, porque considero que eso no me impide ganar dinero por mí misma.

12. Pero hay una condición: el reconocimiento. En este sentido, las autoras y autores copyleft piden el mismo reconocimiento que los demás, y obtienen las mismas garantías frente a un hipotético plagio.

13. La atribución es algo muy importante en la cultura del compartir. Porque preserva el vínculo entre autores y entre obras. En ciencia esto es muy común: citando las fuentes, damos a conocer los antecedentes. En arte, al dar un enlace al creador, abrimos a los usuarios un mundo por conocer.

14. Y hablando de fuentes, hay algo muy importante en lo que creemos las creadoras y creadores copyleft: la libertad no solo para usar, sino también para re-crear. Es importante que la cadena de creación siga, y por eso es importante que demos la libertad de hacer obras derivadas con nuestros trabajos.

15. Pero acá aparece otra condición: si alguno de ustedes agarra un texto mío, publicado en mi blog, y lo traduce al inglés, tiene la obligación de que esa traducción mantenga todas estas libertades: usar con cualquier propósito, hacer copias, distribuirlas y permitir la re-creación.

16. Todo esto, cuando quiero que otros lo entiendan, lo expreso con dos sencillos dibujos que resumen todo lo que dije hasta ahora: solo hace falta que me citen y que, si alguien hace una creación a partir de la mía, sea libre igual que la mía. Yo obtengo las ventajas de la construcción colectiva: aporto apenas un granito de arena, pero accedo a un mar de cosas que otras personas comparten.

17. Ustedes se preguntarán: ¿viven de esto los creadores copyleft? Quizás no de vender copias de las obras al público. Pero se refuerzan otras formas, menos directas pero quizás mucho mejores de obtener ingresos con el trabajo intelectual. Imaginemos otra economía, en la que no es necesario ser el dueño exclusivo de algo para disfrutarlo.

18. Por ejemplo, en los sistemas de bicicletas públicas no es necesario que cada uno tenga su bici, solamente es necesario que exista una red, con puntos en los que yo pueda subirme y bajarme de la bici, satisfaciendo una necesidad sin tener que comprar nada. Tanto en bienes físicos, como en bienes culturales, estamos viendo cómo al compartir no se achica la torta, sino que se hace más abundante.

19. De hecho, esta presentación, para la que se me pidió 20 imágenes, no hubiera sido posible si no existieran un montón, quizás millones, de imágenes libres. Todas ellas formaron parte de mi discurso, y entonces me resulta importante citar los nombres o los seudónimos de los autores.

20. Finalmente, como esta presentación la hice con imágenes libres, es ella misma, libre. Lo que ven acá son los íconos que les mencioné antes. Al juntarlos en este logo que ven abajo, estoy expresando que este trabajo está bajo una licencia Creative Commons – Atribución – Compartir Igual. Para saber qué es esta licencia y qué es Creative Commons, simplemente busquen Creative Commons Uruguay y a partir de ahí, espero que exploren un camino parecido a este que tomé yo. ¡Muchas gracias!

Publicado por Jorge Gemetto

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